Relación entre el Estado, la Sociedad Civil y la Democracia

16beast-600 Rousseau

Por Dr. Salomón Barrientos

Universidad Interamericana de Puerto Rico, 2014

Fragmento del articulo SOCIEDAD CIVIL, DEMOCRACIA REPRESENTATIVA Y DEMOCRACIA PARTICIPATIVA

De frente a la ascendente actividad de las organizaciones sociales, que hacen de la sociedad civil un sector muy activo en la sociedad, es imperativo reflexionar sobre la relación que existe entre el tipo de sociedad civil que corresponde a cada sociedad en específico. Las primeras preguntas que nos debemos hacer son: ¿existe alguna relación entre el surgimiento y desarrollo de las organizaciones civiles y las formas en que una sociedad está estructurada? Si esto es así ¿qué tipo de relación es esta?; ¿cuál es la relación entre la sociedad civil y el ejercicio del poder en una sociedad determinada?; ¿existe alguna relación entre los tipos de organizaciones civiles y las condiciones de necesidad que las sociedades presentan en determinados momentos?

Algunos estudiosos señalan que el desarrollo e intensidad de las diversas organizaciones de la sociedad civil están relacionadas directamente con dos características:

  1. Las organizaciones civiles que abogan por los derechos básicos de las personas, como la educación, la salud, la cultura, los derechos de los niños, adultos y mujeres, etc., tienden a desarrollarse de manera más intensa en regímenes autoritarios o en donde las condiciones de precariedad en la actividad política como garantizadora de derechos se hace cada vez más patente. En este caso, resaltan los problemas derivados de los procesos propios de la democracia representativa, y cuyos resultados son el clientelismo, las negociaciones a puerta cerrada, los compromisos partidistas y/o la búsqueda del voto. Esto trae como resultado la exclusión de muchos sectores de la sociedad que se ven convocados a luchar por sus derechos.

Cuando el poder se hace más autoritario y privilegia determinados intereses de los grupos de presión, o simplemente opera desde una plataforma político-ideológica excluyente, las organizaciones ciudadanas responden actuando y demandando el respeto a sus derechos. Es decir, mientras más restringidas son las libertades políticas y de acción del ciudadano para atender sus necesidades, mayor es la tendencia a la proliferación de las organizaciones civiles para agenciarse de los recursos y las condiciones de vida necesaria de sus ciudadanos.

  1. En aquellas sociedades en donde las reglas del mercado y su consecuente distribución de recursos y estrategias tienden a precarizar las condiciones de trabajo, salud y educación, se observa una relación directa con la proliferación de organizaciones civiles que prestan servicios directos a los ciudadanos. Los servicios de salud, asistencia educativa, apoyo jurídico a personas con dificultades y carencia de recursos para hacer valer sus derechos, así como las organizaciones que estimulan la actividad cultural y sociedad de los ciudadanos, son expresiones autogestionarias de la sociedad civil tanto a nivel individual como colectivo.

A lo anterior debemos sumar la cada vez más limitada provisión del Estado de los servicios básicos y asistencia social a los sectores más desposeídos de la población. La autogestión ciudadana se hace patente cuando el Estado abandona sus responsabilidades ministeriales de proveer para el bienestar común. Esto es efecto directo de las políticas públicas que privilegian la desregulación de los mercados, por un lado, y por otro, la precarización del trabajo tanto a nivel de oferta como de condiciones salariales o de los llamados beneficios marginales.

En ambos casos, se observa igualmente que, el aumento notable de estas organizaciones civiles no solo está en su número, sino también en el impacto que estas tienen al estimular de manera exitosa la participación de los ciudadanos no solo como beneficiarios, sino, y esto es lo más importante, como voluntarios que desde el ámbito de la filantropía y la buena voluntad, se vinculan de manera directa a la acción ciudadana mediante el ejercicio de la autogestión. Esto refleja que las actitudes de los ciudadanos no solo se despliegan hacia el bien común, sino que también estimulan la formación de una moral individual y colectiva que eleva la conciencia democrática de las personas, al igual que convierte a cada participante en un actor político determinante en la sociedad, a través de sus comunidades de base, sectoriales y/o regionales.

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