Las Leyes No Existen, dice GECAL

El periódico cubano “Juventud Rebelde”-edición impresa- tiene  la sección Acuse de Recibo, dedicada esencialmente a dar a conocer y facilitar la solución de problemas que aquejan  a los lectores, los cuales en su gran mayoría escriben solicitando ayuda o aclaraciones referidas a conflictos laborales, exceso de burocratismo y muchos otros.

El domingo 15 de enero del año en curso, el periodista José A. Rodríguez publicó un artículo titulado “Los acuerdos se cumplen”. Según el propio Rodríguez aclara,  da un voto de confianza a lo que explica la queja enviada por el arquitecto de la comunidad del municipio Habana del Este, Sr. Alejandro González, quién manifiesta que les fue entregada  en el 2010 una licencia de construcción junto a otras siete personas y en plena faena constructiva en abril del 2011, fueron canceladas las licencias por la Unidad Provincial Inversionista de la Vivienda (UPIV) alegando quejas y violaciones de procedimiento.

Pese a las protestas de vecinos y afectados, según refiere Alejandro González, la UPIV justifica su proceder reconociendo que el lugar será entregado a “ microbrigadistas”. No se aclara  si los mencionados “ microbrigadistas” pertenecen a la extinta Empresa de Microbrigadas de Ciudad Habana, ahora denominada Grupo GECAL (Grupo Empresarial Constructor de la Habana).

Desde el 10 de junio del 2011 el Tribunal del Municipio Diez de Octubre declaró con lugar una demanda del Expediente 174/10 que interpuse en el año 2010 contra la Empresa de Microbrigadas de Ciudad Habana, actualmente Grupo Empresarial Constructor de la Habana ECAL No. 2 .

El director de la mencionada organización, Sr. Nelson Córdova Pita  y sus directivos  se niegan a ejecutar el dictamen con diversos pretextos. Ahora  amenazan con que mi propiedad puede ser dañada. Incluso reclaman un espacio que no les pertenece legalmente, ya que siempre fue parte de mi vivienda.

Después del  fallo (junio, 2011)  he acudido en tres oportunidades ante los tribunales para que se ejecute y por tercera vez (enero 12, 2012) expusieron ante el juez razones incompatibles con lo legalmente establecido.Debo aclarar que mi expediente en el tribunal aparecía archivado y concluido.

¿Es una coincidencia lo que le ha sucedido al Sr. Alejandro González y a mí? No sè que decir. “Los acuerdos de las instituciones para con los ciudadanos debían ser letra firme, y no sentir efímero, que se desvanece con el tiempo” escribe el periodista J. A. Rodríguez.

Mi reclamación comenzó en el año 2004.  De nada valieron acuerdos y cartas enviadas incluso al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Pude ganar el pleito con la intervención de la Asociación Jurídica de Cuba, dirigida por el Sr. Wilfredo Vallin. La sentencia No. 17 no se ejecuta, al igual que casi nunca se cumplen en Cuba múltiples sentencias civiles. ¿Cómo habría de cumplirse un acuerdo entre ciudadanos y el Gobierno? A vox populi bromean los abogados cubanos dado el caso de que  un ciudadano gane una demanda al Estado: Ganarla puedes… espera a que se ejecute…Es una pelea de un leòn con un mono.

Los problemas no se pueden resolver en el nivel de pensamiento en que se generaron” dijo en algún momento Albert Einstein. Por tanto debo pensar  que detrás de todo este embrollo con visos de cotidianidad, el objetivo final es perjudicar mi activismo con los niños y niñas cubanos, ¿qué mejor solución que dañar mi propiedad? Así recibo mi merecido por defender mis derechos y el de los infantes;  y  además, se quedan con lo que me pertenece. Todo está en mi contra, mujer, afrodescendiente  y activista de la sociedad civil. Peor imposible.

Para los que crean que exagero, busquen en la historia de Cuba  despues del año 1959 alguna ministra de Salud Pùblica, o  canciller. Les invito a que me mencionen alguna mujer afrodescendiente en la primera fila del Gobierno. No creo en casualidades. Espero que mis lectores tampoco.

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